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Altafulla
UFANO me levanté desnudo a poner más leña en la vieja estufa de fundición. ¡EUREKA!... Acababa de inventarme su nombre, Flor de los Andes, EPÓNIMO del yacimiento del irisado LAPISLÁZULI que adornaba su cuello. Con su JUBÓN enredado a nuestros pies, susurrábamos entre las sábanas revueltas y la sentí abrazada a mí, cálida, pesada, pegajosa y húmeda, con su cabeza descansando sobre mi pecho, sintiendo su acompasada respiración y el olor atabacado de su lacio pelo. Y volvimos al amor.
Karina Rubi
En el intento inútil de encontrar tu identidad UFANA, me pierdo por los valles de tu sombra inerte, camino perdida sobre las melodías de tu transparente memoria, escucho tu nombre en un eco eterno que nace de mi voz y me refugio en el soberbio JUBÓN que logré arrebatarte esa noche plateada antes de tu EPÓNIMA partida, no me aparto de esa joya étnica de LAPISLÁZULI que me obsequiaste bajo una luna de papel y en medio de un laberinto desértico... ¡EUREKA!... te veo reflejado en el espejo de mi alma.
Gabriel (El del Ferry)
EUREKA exclamó el ingeniero Álvarez. UFANO se arregló el JUBÓN, ya se imaginaba retratado para ocupar su lugar en el recinto de la academia de ciencias; ensayo una pose con el semblante alto, como mirando al futuro.
Hasta el EPÓNIMO ideó, los alvaros personificarían la magnitud de la nueva energía que acababa de confirmar y harían inmortal su trabajo de años.
Nunca se entero de que hacia tiempo que la electricidad era conocida y utilizada, ni se percató de que las bombillas que alumbraban su taller hacían uso de su descubrimiento.
Se quedó unos minutos mirando fijo su anillo de LAPISLÁZULI hasta que vino el enfermero a buscarlo para la terapia de electroshock (macabro uso de su nunca reconocido hallazgo)
Ojo humano
Trabajé el primer mes por un soñado anillo de plata con LAPIZLAZULI, joya EPÓNIMA de los atacameños.
El segundo mes por un JUBÓN añil, combinación perfecta. Me sentía UFANA, gloriosa, llena de vida.
¡EUREKA!, le gritaba al mundo.
Feliz, plena.
Nena Kosta
Estaba locamente enamorado de Selena, la de los ojos LAPISLÁZULI, esos que hacían juego con su nombre... azul intenso, vetas de estrellas y luz de luna. Su amor era apasionado, romántico, lánguido, ¿cómo podía ser así?
Esa noche la sorprendería bajo su balcón, a la antigua, con su JUBÓN tunero y una guitarra. Caminaría UFANO, rememorando su imagen bella. Recorrería aquella calleja, a quien alguien otorgó el EPÓNIMO de un lejano país y gritaría ¡EUREKA! cuando ella, su amada, entre trémulas lágrimas emocionadas, dejara caer una rosa roja a sus pies.
Mela
Tras años halló la cueva, tras tanto escalar, tras tanto perder...
Le concederían el EPÓNIMO porque él la había encontrado.
Y encontró algo más... un cofre ajado, deslucido, descolorido, polvoriento. Un JUBÓN de algún siglo pasado y un LAPISLÁZULI le aguardaban en su interior.
Gritó fuerte ¡EUREKA! y muy UFANO salió de la oscura cueva.
Le deslumbró la luz, estaba en la cumbre de la montaña y, sólo entonces, se dio cuenta de que en la cumbre quema el sol.
Crysolidan
Llevo días buscando mi chispa...
Hurgando en mi cajón de artista...
UFANO siguiendo la pista...
Del ladrón de mi canción
Dando vueltas como una ruleta...
Sudando el JUBÓN y la camiseta...
Persiguiendo al difunto poeta...
Rezando una sentida oración
Y es que, niña, ante ti me confieso:
Estoy seco, vacío... ¡más que tieso!
Bien sabes que ni mesías ni profeta
Soy sin mi dulce inspiración
Y así paso los días fugaces, y las inmensas noches...
Así...
Soñando con tus labios carmesí,
Tus ojos LAPISLÁZULI.
Tu mirada perpetua
Tu sonrisa
Tu ángel
Tu ser
¡Tú!
…
¡Tú!...
¡EUREKA!,
Tú eres mi musa
La suprema intrusa
La indubitable certeza
Mi EPÓNIMO de belleza
Mi diva, mi diosa, mi redención
...¡La fuente de toda mi inspiración!
Carmen
EUREKA! he aquí un bello JUBÓN, que luce mi UFANO rey, el que ha olvidado LAPIZLÁSULI, en el grito EUREKA de su EPÓNIMO ajuar.
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